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MASCOTAS

Una propietaria cuenta su experiencia con la castración médica de su perro

Cristina González, propietaria de un perro que marcaba con orina en casa, cuenta cómo este comportamiento del animal se redujo gracias a la castración médica reversible con el implante de deslorelina

Cristina González, veterinaria y propietaria de Flix.
Cristina González, veterinaria y propietaria de Flix.

Una propietaria cuenta su experiencia con la castración médica de su perro

Cristina González, propietaria de un perro que marcaba con orina en casa, cuenta cómo este comportamiento del animal se redujo gracias a la castración médica reversible con el implante de deslorelina

Alfonso Neira de Urbina - 20-12-2021 - 00:00 H - min.

Con el fin de conocer cuál es el efecto de la castración en la conducta de los perros, un equipo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha realizado un estudio clínico, cuyos resultados todavía no se conocen, en el que se analizó el efecto de Suprelorin de Virbac, un implante de deslorelina.

Suprelorin es un implante subcutáneo para la castración médica del perro que el veterinario aplica como un microchip, por lo que no requiere cirugía ni anestesia. En este sentido, las autoras de la investigación, Marta Amat y Susana Le Brech, explicaron en un vídeo publicado a finales de noviembre que la deslorelina suprime la actividad de la testosterona actuando como una castración, pero su efecto es reversible y a los 6 meses la testosterona vuelve a sus valores normales.

Ahora, Cristina González, propietaria de Flix, uno de los perros que han participado en el estudio clínico, ha compartido su experiencia sobre esta investigación de la esterilización médica en perros. En el estudio se seleccionaron a 29 perros que marcaban con orina y se dividieron al azar en dos grupos, uno que recibió un tratamiento basado en este implante de deslorelina y un grupo de control (sin implante).

González, que además es veterinaria, explica que su border collie, de nombre Flix, comenzó en el estudio clínico cuando tenía, más o menos, 11 meses; y que lo que la empujó a participar en la investigación fue que el perro marcaba con orina toda la casa. Además, Flix mostraba bastantes miedos. Por todo ello, decidió incluir a Flix en el estudio para comprobar si abandonaba la conducta de marcaje.

Según señala la propietaria, gracias a su condición de veterinaria conocía la castración médica antes de embarcarse en el estudio clínico, pero reconoce que no la solía usar habitualmente como alternativa. Sin embargo, tras concluir la participación de su perro se ha convertido en una opción que recomienda “siempre” al enfrentarse a la decisión de esterilizar.

La veterinaria, que no sabía si su perro estaba en el grupo de control que no había recibido el implante de deslorelina o en aquel que sí lo había recibido, asegura que, tras seis u ocho semanas después de la cita en la que supuestamente habían podido administrar el implante a su perro, comenzó a notar como este marcaba menos con orina en casa.

Asimismo, otra modificación de la conducta que observó en su perro fue que su miedo aumentaba. También percibió una reducción del tamaño de sus testículos al cabo de 8 semanas. Posteriormente se le comunicó que su perro pertenecía al grupo de los ejemplares a los que sí que se les había puesto el implante y decidió seguir aplicándoselo cada seis meses.

“En mi caso yo seguiría con la castración médica porque Flix, además de un problema de marcaje con orina, tenía y sigue teniendo mucho miedo”. Así, la veterinaria explica que, si se decidiera por la castración quirúrgica y el problema del miedo fuera a más, no podría revertirlo nunca. En cambio, señala que con la castración médica, en el caso de que este miedo sea insostenible y no pueda gestionarlo con modificación de conducta, siempre existe la opción de no aplicar el implante y ver si el problema remite.

Por todo ello, González recomienda a los propietarios el implante de deslorelina, sobre todo en aquellos casos en los que dudan si castrar al perro de forma médica o quirúrgica; no tienen muy claro si esterilizar o no; o el perro tiene un perfil de miedo y no se sabe cómo va a afectar la intervención.

“Les recomiendo siempre comenzar con la castración médica porque es reversible y podemos ver cómo va a afectarle luego otra médica o una quirúrgica”, concluye la propietaria de Flix.

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